Cinefilia en el 3er. FESAALP





Año tras año comprobamos el crecimiento de los festivales de cine de la ciudad. Nuevamente a mediados de septiembre, el Centro Cultural Islas Malvinas se convirtió en el sitio que cobijó a miles de cinéfilos y realizadores que asistieron al FESAALP. Este año compitieron varias producciones internacionales. Los largometrajes competían en las secciones de ficción y documental, mientras que para los cortos se crearon secciones más variadas: videoclip, videominuto, documental, animación, ficción y fantástico.
La ventana indiscreta, en su nueva versión de clan, quería cubrir este festival y allí estuvo. Algunos con los cortos y otros con los largos, tratamos de hacerle frente a la gran diversidad de imágenes, todos nos fuimos contentos. Un abrazo a la gente de Ópera Prima por habernos tratados tan bien.
Martes 9 de septiembre
Maratón de cortos, por Marcelo Landi

Equilátero (Javier Altholz, Buenos Aires)

Reúne la condición de contar en 11 minutos una buena historia de amor, celos, locura y muerte. Un amante asesinado por esposo despechado y una esposa sometida que intenta transitar su penar emparchando la relación con el esposo asesino. Pero el fantasma del amante no dará tregua y arruinará las cosas. Una cena con velas será consumida por el fantasma antes de la llegada del esposo, quien lleno de ira le hará transitar a su esposa el puente que divide vida y muerte. El amante está ahí esperándola, pero el encuentro no es agradable. Desde el más acá se escucha el tiro del suicidio del esposo. Todo volverá a repetirse, quizás, en el más allá.
Videogames (Javier Cabrera, Buenos Aires)

Los creativos realizadores eligieron hacernos retroceder a fines de los ochenta e inicios de los noventa para combinar en una historia los videogames que se popularizaron por aquella época. Así, el ostentoso armamento del Doom se enfrenta a uno de vaqueros, para luego pasar a otra pantalla donde Super Mario Bross. desafiará a algunos de los karatecas de Kung Fu o del Street Fighter, o se entrometerá en el Galaga. En fin, una generación (o varias) tendrán la remembranza de horas adolescentes dilapidadas sin fin.

Verano 79 (Rodrigo Oviedo, México)

No tuve la oportunidad de ver el cortometraje de Gustavo Taretto que fue el ganador de la competencia. Debo decir que soy un admirador de Medianeras su corto anterior, digo esto porque voté otro corto que paso a detallar.
Este corto mexicano es una historia de amistad entre Chepo y Rogelio que me hizo emocionar. Un gordito agredido por sus compañeros de escuela y su defensor sellan una sociedad amistosa en un México de finales de los setenta. Chepo se ilumina mientras trabaja de lustrabotas en un bar, un programa de TV analiza las perspectivas futuras del negocio de la publicidad, momento en que decide emprender dicho negocio con su amigo. Rogelio, más interesado en fotografiar a su amor platónico, acompaña a su amigo en la empresa. El nuevo emprendimiento va rindiendo el capital suficiente como para comprarse una imprenta propia (inversión necesaria para dar un nuevo salto). La noche anterior a la compra la hermosa niña invita a Rogelio a la playa. Al otro día Chepo descubre que la sociedad ha sido rota y el dinero, guardado en una caja en un baldío, ya no está.
Estamos en la actualidad, en una muestra fotográfica de un fotógrafo famoso. El organizador del evento es el mayor publicista de México. El fotógrafo al verlo con cola de paja le dice "tenemos que hablar", pero Chepo lo espera con una hermosa sorpresa. Ya conté demasiado.

Miércoles 10 de septiembre
Selección de cortos, por Diana Broggi

Rua de tulipas (Alé Camargo, Brasil) / After Oz (Percy Kiyabu, Perú-Canadá)

En el rubro animación After Oz, Los pecadores (Bs. As.), y Rua de tulipas son tres cortometrajes donde la calidad visual de la animación resulta más que atractiva. Rua de tulipas de Alé Camargo dura 10 minutos y nos cuenta con cierta narrativa naif la historia de un inventor que crea objetos y cosas para que todo el mundo sea feliz pero nunca termina de sentirse completo, porque descubre que se ha olvidado de su propio sueño; el cual se lanza a cumplir.
Sin duda el recurso de lo animado en el cine ayuda a jugar con la imaginación y la fantasía mostrando otras realidades como la de After Oz, el hombre de hojalata que pasea con un corazón en la mano.

Porque hay cosas que nunca se olvidan… (Lucas Figueroa, Argentina-Italia)

Ya en el rubro cortos-ficción rescato este corto que dura 14 minutos y recrea una Nápoles de 1950 donde 4 niños juegan al fútbol en la calle. Retoma la historia un poco cliché de estos niños que juegan y en un momento determinado la pelota (que tanto les ha costado conseguir) va a parar al patio de una señora rompiéndole macetas y enanos de jardín. Los niños piden la devolución del preciado balón a la señora, que se los entrega pero antes lo destruye ante sus ojos. A partir de aquí los niños (diablillos si los hay) encaran una fuerte venganza organizándose entre ellos.
En este corto la música se equilibra con la historia y los personajes en esta ambientación muy bien lograda de la década del 50. No se le escapó nada a Figueroa en tanto detalles y buenos planos.

Esto es un documental (Leandro Rodríguez, La Plata)

Este corto intenta ser el proceso de un documental, documental de un documental que nunca se realiza y explora, sin encontrar demasiado a mi parecer, en las vicisitudes del hacer cine. Aburren 12 minutos de desorden y una perceptible linealidad en cuanto el tema. Una realización de cine sobre el cine mismo, o las dificultades y “crisis” de quienes trabajan en un proyecto cinematográfico puede ser interesante si se cuenta algo más que el bloqueo elocuente del director.

Jueves 11 de septiembre
Videominuto, por Mariano Colalongo

La ventalla (Gabriel Herce, La Plata)

“¿Por qué te fuiste? Ahora me quedo solo a observar el final”, dice en tono melancólico Lucas del Prato (el novio), mientras comienzan a oírse unas teclas mínimas acompañadas por un violín que se suspende entre nota y nota, y nos introduce en una escena en la que una pareja decide separarse. ¿Deciden separarse? ¿O ella tan sólo se fue enojada y aun queda la posibilidad de que él vaya a buscarla?
El plano de un minuto en que consiste este corto, ganador en la categoría videominuto, nos muestra, a su vez, otro plano que se proyecta sobre el fondo del primero, y simula la ventalla, o sea, una apertura hacia otra realidad, como una ventana que fuera pantalla. En el segundo plano que se proyecta sobre el fondo del primero vemos a la novia en la esquina en actitud de retirada: el amor ya fue. En el plano anterior aparece el novio, que ve por la ventalla a su novia que, sin embargo, parece de actitud vacilante. El novio se decide por ir a buscarla. Sale tan pronto como sale de cuadro y se introduce en el otro plano (que es el mismo), donde le espera un cálido abrazo.
Muy buena utilización del espacio; pero también de la música y el sonido, los pasos del novio sirven de conexión entre un plano y otro, y entre ellos se produce el misterio de la ficción. Muy buena también la metáfora creada a partir de la conjunción de dos palabras: “ventalla”. Desde esta revista nos sentimos plenamente identificados.

Viernes 12 de septiembre. Una peli muy esperada, por Mariano Colalongo

Filmatrón (Pablo Parés, Buenos Aires)

Tenemos pegado en una pared de casa, al lado de la foto de un gran amigo, una postal de un personaje muy llamativo, una especie de superhéroe, que tiene un implante similar a un secador de pelo en el brazo derecho y el pelo rojo furia. Es Filmatrón. Nos la trajimos del Bafici 2007 donde ganó el premio del público, sin haber visto la película, y desde allí comenzó a crecer cierta inquietud por la presencia de la simpática estampita.
¿Qué tipo de superhéroe sería Filmatrón? Con esa pregunta fuimos el viernes al FESAALP, donde ganó finalmente el premio a mejor largometraje de ficción. ¿Qué tipo de héroe es Filmatrón? Sin lugar a dudas, un héroe cuyos poderes serían los poderes de la infancia, el poder de la imaginación y de producir la novedad. Filmatrón es una muy libre adaptación de 1984 de George Orwell, en la que unos jóvenes (Lucas y su pandilla) deciden hacer una película de ciencia ficción sin saber que viven en una sociedad en la que está prohibido. Al intentar concretar este deseo se convierten, sin quererlo, en uno de los bastiones de la resistencia. La presencia del Estado se percibe en el control sobre su población, cosa que advertimos en los agentes con quienes Lucas y su pandilla pronto tendrán algunos encontronazos. La vieja distopía de las sociedades de control sirve nuevamente de marco para un relato con aires libertarios. Más allá de ciertas inconsistencias de la trama, de la sensación de que algunos hechos están en la película caprichosamente, el planteo de Pablo Parés no deja de resultar inquietante. Justamente, en una sociedad de control se prohibirían las películas de ciencia ficción por su carácter de irreales. Pero Lucas apuesta por la fantasía e imaginación y dentro del film logra vencer las grises fuerzas del orden. Decía Sartre que la primera condición para que una conciencia pueda imaginar era que pudiera proponer una tesis de irrealidad, acto que supone toda la libertad de la conciencia de negar la tesis de realidad, lo dado. Nunca dijo que la imaginación no fuera caprichosa.
También es una película muy lograda desde la plástica y la fotografía. Un producto enteramente autogestionado por Farsa producciones. Ganó en festivales de Buenos Aires, Montevideo, Tandil y La Plata.

Sábado 13 de septiembre
Entre la espera y la apuesta, por Julia Centeno

Casa de remolienda (Joaquín Eyzaguirre Guzmán Chile, 2007)

Esta es una de esas películas que son capaces de atraparnos desde varios focos latentes y, aunque muchos de los ejes que presenta no son contenidos en efecto puede dejarnos por ello una calificación adecuada y seductora: extravagancia. En cuanto a los personajes son vistos circularmente, entre ellos, sus identidades cobran sentido únicamente en sus relaciones y para esto se requiere una atención constante. Lo lamentable de una mala calidad de sonido es que puede hace trastabillar hasta un buen desarrollo y la caracterización eficaz de una época pasada. Es atractiva por sus imágenes, por sus colores y por el trabajo minucioso de escenografía y vestuario, aunque el empeño en la ambientación histórica (transcurre en Chile década del 50) no se vea realmente incorporado en la trama narrativa: una historia atemporal en una exhaustiva muestra de montaje eficaz… Un diálogo trabajado en un sonido empastado y bellísimos paisajes que no llegan a iluminarse para contrastar el apagón de la sala y apelar a la sensibilidad del espectador. Es por esto extravagante, queda un espacio vacío, quedan promesas en el aire y cuando se prenden las luces parece que faltara mucho, que la sonrisa que supo desatar mediante las canciones típicas no resulta suficiente para dejar uno de aquellos focos encendidos. Sin embargo también es ésta una calificación que no deja de interpelar algo en nuestras expectativas, hay algo que nos fascina de lo extravagante y es que pareciera poder dar siempre mas, mutar para llenar espacios nuevos creados en el aquí y ahora de la construcción espectador/proyección. Lo extravagante sigue prometiendo aunque nos deje en la espera constante, exalta lo posible, no lo fáctico. Me gusta pasar por esa espera que acaso pueda negar el después y mantenerse como valor ella misma. Me gusta lo extravagante. A veces.

Este tercer año del FESAALP debe ser celebrado, no solo por los esfuerzos que implican la realización de un festival de cine independiente, sino también por la calidad del material proyectado. Podríamos decir que la mayoría de los cortos que vimos nos parecieron estar muy bien elegidos, sin duda son dignos de elogiar los criterios cinéfilos de los realizadores de este festival.

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